miércoles, 19 de julio de 2017

VERTUMNO Y POMONA.JEAN RANC, FRANCÉS, 1674-1736

VerTumno y Pomona- 1710-1720- Museo Fabre, Montpellier, Francia

Pomona era, en la mitología romana, la diosa de la fruta, y por extensión de los árboles frutales, los jardines y las huertas. Era una diosa únicamente romana, y se asocia generalmente con la abundancia, particularmente con la floración de los árboles —en oposición a la cosecha— y además de las frutas; también lo era del olivo y de la vida.1​ El cuchillo de podar, o la hoz, fueron sus atributos. Detestaba la naturaleza salvaje y prefería los jardines cuidados: ninguna deidad conocía como ella el arte de su cultivo y el de los árboles frutales. Pomona no sentía ninguna atracción por los hombres, a pesar de ser requerida por todos los dioses campestres.
El nombre de la diosa deriva claramente de pomum, 'fruta' (y es llamada por ello Patrona pomorum, 'señora de los frutos'). Ovidio la describe con una hoz la mano derecha (y a veces con un jabalina como en el caso de otras divinidades).2
Le fue dedicado un bosque sagrado llamado Pomonal, situado al sur de la XII piedra millar de la Vía Ostiense,3​ muy cerca del actual Castel Porziano.4​ El culto de la diosa estaba a cargo de un flamine menor, el flamen pomonalis, que en el orden sacerdotal era el menos importante de todos.5​ No tenía ninguna festividad, pero según el poeta Ausonio, Pomona tenía en tutela el mes de septiembre porque en él madura la fruta.6

El mito de Pomona[editar]


Vertumno y Pomona, óleo de Jean Ranc (c. 1710-1722).
Según Ovidio,7​ Pomona habría sido asediada por varias divinidades de la selva, entra ellas los Sátiros, pero sólo el dios Vertumno la habría amado de veras, la habría cortejado largamente y al final se habría unido a ella. Según el historiador británico Herbert Jennings Rose, esta historia sería solamente una invención pura y simple de Ovidio o de cualquier otro escritor relativamente tardío.
Pomona, aislada del mundo, solo consentía que algunas personas pudieran acercársele. Al principio, rechazó incluso recibir a Vertumno, divinidad de las estaciones y de los árboles frutales, perdidamente enamorado de ella, pero acaba por ceder a sus pretensiones. Éste se valió de un ardid para acercarse y hablarle: disfrazado como una vieja mujer, fue a felicitarla por las frutas de sus árboles y la abrazó de buen corazón. Entonces, le mostró un olmo enlazado por una vid y comenzó a defender la causa del amor. Luego, le contó la historia de amor de Anaxárete:
Anaxárete era una muchacha chipriota de la sangre real de Teucro Telamónida que fue amada en demasía por el joven humilde Ifis; tanto así que éste acabó ahorcándose a la puerta de su casa por el dolor que sentía del rechazo de la princesa. Antes de exhalar su último aliento pidió venganza a los dioses y una fama inmensa. Afrodita, para complacerlo, transformó a Anaxárate en una estatua de piedra mientras estaba observando por curiosidad los funerales del desgraciado muchacho, la cual todavía se ve en uno de sus templos: se la conoce con el nombre de la Contemplante.
Al fin, viendo a Pomona fascinada por la historia, Vertumno le mostró su verdadero rostro, resplandeciente de juventud y salud. Pomona no pudo resistirse y aceptó su amor.
La tradición latina común sostiene sin embargo que Pomona habría estado también en compañía de Pico.8​es.wikipedia.org

2 comentarios:

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  2. Ilustración drl, dios de los jardines, un relato mitológico, esta tela presenta a la ninfa Pomona, diosa de la maduración de los frutos, conversando sin saberlo con Vertumno, dios de los jardines, disfrazado de anciana. para opinión. vanagloriarse de sus propias cualidades y logras así
    hacerle cambiar de opinión.
    Para recordar la artimaña, Jean Ranc, le ha dejado a la anciana las manos muy masculinas.
    No desearía desde este relato mitológico y hasta las imágenes de alimentos de publicados en Instagram, establecer un recorrido evolutivo.
    Más bien,los humanos vamos por la vida perforados por el agujero de la castración, con una falta en ser por la que se establece el deseo, siempre como deseo de otra cosa. En una metonimia con algunos puntos de abrochado.Allí se produce el armado del puzzle, de las piezas para adquirir otro significado no esperado,

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