lunes, 20 de febrero de 2017

KOBRO Y STRZEMINSKI, PROTOTIPOS VANGUARDISTAS EN MUSEO REINA SOFÍA-ESPAÑA

Kobro y Strzemiński

Prototipos vanguardistas

25 abril – 18 septiembre, 2017
 
Edificio Sabatini, Planta 3
Katarzyna Kobro. Kompozycja przestrzenna (4) [Composición espacial (4)], 1929. Óleo y metal 40 x 64 x 40 cm. Muzeum Sztuki, Łódź
Katarzyna Kobro. Kompozycja przestrzenna (4) [Composición espacial (4)], 1929. Óleo y metal 40 x 64 x 40 cm. Muzeum Sztuki, Łódź
Katarzyna Kobro (Moscú, 1898-Lodz, 1951) y Władysław Strzemiński (Minsk, 1893-Lodz, 1952) son dos de las figuras clave de la vanguardia centroeuropea, creadores de originales conceptos artísticos en los campos de la escultura y de la pintura respectivamente, que radicalizaron tanto como transgredieron los presupuestos de la modernidad. Tomando el suprematismo como punto de partida, ambos participaron activamente en la escena artística internacional, interesados sobre todo por el neoplasticismo, la Bauhaus y el constructivismo, movimiento del que se les considera precursores en Polonia.
Siempre en contacto con miembros prominentes de la vanguardia europea —como Piet Mondrian, Theo Van Doesburg, Georges Vantongerloo, Filippo Tommaso Marinetti, Hans Arp o Kazimir Malevich—, ambos desarrollaron una extensa labor como teóricos. A ellos se deben, por ejemplo, la Teoría de Unismo, proferida por Strzemiński, que define al arte como “mero fenómeno visual”, o el concepto de Kobro sobre la escultura entendida como modelo funcional para la vida social.
Co-organizada por el Museo Reina Sofia y el Muzeum Sztuki de Lodz, la exposición aborda las distintas etapas y áreas de actividad del trabajo de estos artistas, al tiempo que cuestiona algunas nociones establecidas sobre el arte moderno.
www.museoreinasofia.es

2 comentarios:

  1. Muzeum Sztuki se estableció como resultado de la reorganización de los museos de Lodz, en 1930. El núcleo de su colección se basa en obras de arte moderno recogidos en Polonia y en el extranjero por grupo "ar" en el período de 1929 a 1932 y complementada hasta 1938. El iniciador y la principal fuerza impulsora detrás de la acción de recoger las donaciones de los artistas fue un pintor y teórico del arte Władysław Strzemiński , el apoyo activo de Katarzyna Kobro - escultor, Henryk Stażewski - pintor, así como ene Brzękowski y Julian Przyboś - poetas.


    Theo van Doesburg , Counter-XV composición , colección del Museo de Arte de Lodz
    La colección en su dimensión ideológica refleja las preferencias artísticas de Strzeminski, aunque su forma final fue el producto de las actividades de muchas personas, incluyendo Henryk Stażewski, Hans Arp y Michel Seuphor. Se presenta una visión general de las hebras y las tendencias de la década de 1920 vanguardistas e incluye obras maestras de Abstraccionistas, como Hans Arp y SophieTaeuber-Arp , Theo van Doesburg , Jean Gorin , Jean Helion, Vilmos Huszar , Henryk Stażewski o Georges Vantongerloo. La colección también incluye obras de arte de artistas que representan el cubismo (por ejemplo, Fernand Léger , Louis Marcoussis), el futurismo (Enrico Prampolini), Dada ( Kurt Schwitters ), Surrealismo ( Max Ernst , Kurt Seligmann), conformismo (por ejemplo, Leon Chwistek , Tytus Czyżewski ), "forma pura" ( Stanislaw Ignacy Witkiewicz ) o Unism (Władysław Strzemiński) [2] . La colección fue iniciada por los artistas y se formó como resultado de su iniciativa internacional basado en la solidaridad para donar obras contra las divisiones artísticas. "Forma pura" ( Stanislaw Ignacy Witkiewicz ) o Unism (Władysław Strzemiński) [2] . La colección fue iniciada por los artistas y se formó como resultado de su iniciativa internacional basado en la solidaridad para donar obras contra las divisiones artísticas. "Forma pura" ( Stanislaw Ignacy Witkiewicz ) o Unism (Władysław Strzemiński) [2] . La colección fue iniciada por los artistas y se formó como resultado de su iniciativa internacional basado en la solidaridad para donar obras contra las divisiones artísticas.
    en.wikipedia.org

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  2. Nosotros somos la ruptura, aunque hay reiteraciones: Picasso está mirando a Goya y a Velázquez, aunque también a los suyos, a la calle, al sur. En el Guernica hay esa continuidad, pero una ruptura tremenda, como lo es la banalidad del terror, algo muy contemporáneo. Cuando un yihadista pone una bomba, es un acto indiscriminado, arbitrario y banal: eso es el Guernica.
    EN EL GUERNICA HAY UNA RUPTURA TREMENDA, ES LA BANALIDAD DEL TERROR
    El Museo Reina Sofía ejerce, además, como una bisagra entre dos partes de un eje: el que va desde la Biblioteca Nacional hasta el Matadero. La cabeza es más noble [los paseos de Recoletos y el Prado], pero faltan los pies, las vísceras [el paseo de las Delicias]. Madrid no es una ciudad bonita, como Barcelona o París, pero aquí la gente hace la calle suya. Y todo esto debe acabar ocupado por la gente.
    ¿Hasta qué punto estas visiones son realizables, ante unos políticos indiferentes hacia la cultura?
    Hay gente en mi equipo que, a ratos, me dice que no aguanta más. Y les respondo: mira, yo nunca prometí que esto fuera fácil. Broodthaers lo entendió. Él estaba muy interesado en Napoleón y Waterloo y contó que, en el mundo actual, la batalla siempre es en el campo enemigo. Hoy, Napoleón es una marca de coñac. Obviamente, la cultura no es una prioridad para la clase política. Si partimos de la cultura, somos capaces de imaginar muchas economías, pero si partimos de la economía, solo somos capaces de imaginar una cultura. Entonces, es difícil. El propio museo se contradice y acaba haciendo lo contrario de aquello que se había propuesto.
    Y los museos levantan cafeterías espectaculares y gentrificadas.
    Los cafés forman parte de la fiesta de la democracia, de la cultura de aquella burguesía revolucionaria. El problema no es tanto que haya una cafetería en un museo, sino que el museo se transforme en una cafetería. Mire: algo que aún nos queda por desarrollar es nuestra presencia en las redes sociales, y hay que trabajarla. Pero eso es una cosa, y otra creer que venir al museo consiste en hacerse selfies con los cuadros.
    Mencionó antes una falsa división entre la cultura de las élites y la cultura popular.
    Sí, creo que esa división es más bien modernista, y que dirigía a la gente hacia una utopía. Hoy no tiene sentido, porque hay una multitud heterogénea que ya no espera un líder. Y nosotros queremos trabajar en esa diversidad. Pensemos en La Codorniz: una pieza de alta cultura que escapaba al Régimen y que, al tiempo, era popular. Quizá este sea un discurso de la izquierda populista, aunque en el sentido en el que la planteaba [Ernesto] Laclau.
    Dejemos los populismos a un lado. ¿Son muy distintos el público del Reina Sofía y el del MACBA de Barcelona?
    Son distintos, porque son instituciones distintas. Este museo es mucho más amplio, estatal, y va dirigido a un público más complejo. El MACBA estaba mucho más definido. Y en la medicina está muy claro: no importa a cuánta gente lleguemos, hay que curar un resfriado tanto como hay que erradicar la enfermedad que padece una sola persona.
    DESDE LA CULTURA, PODEMOS IMAGINAR MUCHAS ECONOMÍAS
    Los museos no podemos caer en esa trampa porque, de repente, no hay dinero. Ahora no lo hay aquí, como no lo hubo en Alemania durante la unificación. (...)

    ctxt.es Es una entrevista a Manuel Borja Villel-se lee en la dirección indicada-

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