miércoles, 22 de octubre de 2014

El Museo Picasso de París reabre tras cinco años cerrado por obras - le mag

3 comentarios:

  1. Nunca sin su contrario
    La frase que más a menudo repetía Picasso era :"Yo no busco.Yo encuentro."De maravillosa audacia y de gran acierto,por muy verdaderamente que la pronunciara,no se explica más que por la demostración constante de su contrario.
    "Nunca terminamos de buscar porque nunca encontramos."
    En realidad él encuentra siempre y busca siempre.Apenas ha terminado una pintura,la contempla para buscar allí los secretos que él mismo acaba de depositar.Y comienza otra cosa que lo lleva adonde no quiere cuando él la lleva adonde ella no quiere,y así sucesivamente.
    LIBERTAD
    POEMA DE ÉLUARD
    "Para nombrarte,Libertad.
    (...)He nacido para conocerte,
    para nombrarte Libertad..."
    Él la nombró.Es lo que hay que hacer
    ¿La verdad?
    "Qué verdad?-dice Picasso-Es como el resto de las cosas la verdad no existe".
    "Me acuerdo-dice su hijo Pablo-que,cuando era pequeño,te oía decir todo el tiempo:"La verdad es una mentira."

    En este blog el 16 de marzo de 2012

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  2. Picasso: un escultor diletante

    En 1900, a los 19 años, el joven malagueño Pablo Picasso descubre durante un viaje a París las esculturas de Rodin. Dos años más tarde, en Barcelona, le pide al escultor Emili Fontbona que le enseñe a modelar con arcilla. Los primeros intentos de ofrecer una obra esculpida por parte del artista datan de estos años que coinciden, en cuanto a su pintura, con el llamado Período Azul.
    Poco después Picasso admira, en casa de Ambroise Vollard, las piezas que Gauguin va a enviar a las islas Marquesas, al tiempo que visita la exposición que el Louvre ha consagrado a las esculturas ibéricas arcaicas recientemente exhumadas.

    La restrospectiva Picasso escultor que exhibe el Centro de Arte Moderno Georges Pompidou de París, propone un acercamiento a la obra escultórica del artista a partir del momento en que Picasso-escultor comienza a dialogar con Picasso-pintor, o sea, desde el inicio mismo de su carrera de artista plástico.

    Las piezas de este período: Cabeza de picador (1903) o Máscara de Alice Derain (1905), constituyen el preludio de una clara influencia de las artes primitivas negras e ibéricas que, en 1907, se consolidará a partir de su célebre cuadro Las señoritas de Aviñón. En estas condiciones la escultura picassiana se presenta como un estado preliminar con respecto a su pintura.

    En pleno apogeo cubista, hacia 1912, el artista realiza numerosas piezas en las que descompone el objeto y «desculturiza» la obra tridimensional: Maqueta para guitarra (1912), Mandolina y clarinete (1913) y Violín (1915). Es el período de los instrumentos musicales, de la utilización del papier collé tanto en la pintura como en la escultura, del que sobresale la serie Vasos de ajenjo (1914).

    Los presupuestos cubistas ejercen poderosa influencia en las piezas concebidas hasta 1926, pero el interés por la escultura parece decaer a partir de esta serie. En Guitarra (1924), obra cumbre de esta etapa, introduce el empleo de metales (hierro, láminas de acero, etc.), que caracterizará su trabajo posterior.
    En este blog el 25 de febrero de 2012

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  3. JUICIO | EL MANCILLADO HONOR FAMILIAR
    PABLITO, EL NIETO SUICIDA DE PICASSO
    LA ÚLTIMA batalla de los Picasso es por Pablito, el nieto del pintor que se suicidó tras la muerte de su abuelo bebiéndose una botella de lejía. Su hermana Marina: «Hemos crecido en la sordidez familiar»

    RUBÉN AMÓN | PARÍS

    PABLITO. Era hijo de Paulo, nacido de la relación de Picasso con la bailarina rusa Olga Kokhlova.
    PABLITO. Era hijo de Paulo, nacido de la relación de Picasso con la bailarina rusa Olga Kokhlova.
    Los diminutivos nunca han sido inocentes. Muchas veces funcionan como el eufemismo de mayúsculos vértigos. Incluida la batalla que encara a Pablito contra Pepita. El primero, ya difunto, era el nieto díscolo y suicida de Picasso. La segunda, que se apellida Dupont, se ha habituado a la rutina de los tribunales porque el clan del pintor malagueño la acusa de haber difamado y maldecido la genealogía picassiana.

    Las pruebas de semejante corrupción verbal ocuparían teóricamente las 232 páginas de La verdad de Jacqueline y de Pablo Picasso. Implica el título un trabajo bastante controvertido y hasta sórdido, de modo que la autora del manual sentimental ha tenido que bregar con los Picasso en todos los frentes y facciones imaginables.

    MARINA CONTRA PEPITA

    Marina Picasso ha protagonizado una nueva iniciativa judicial esta semana para despacharse contra Dupont. Hasta ahora han condenado a la periodista de Paris Match en dos ocasiones por intromisión en la vida privada y ha pagado sendas multas simbólicas de un euro, pero Marina quiere provocarle una hemorragia financiera. Sus motivos estriban en que el libro en cuestión desempolva los pormenores más truculentos de la biografía de Pablito Picasso, hermano de Marina y, al mismo tiempo, hijo de Paulo, nacido del idilio entre el artista malagueño y la bailarina Olga Kokhlova.

    Se conocía la noticia del suicidio, pero no había trascendido que Pablito se quitara la vida engullendo una botella de lejía. Lo hizo el día después de la muerte del maestro (1973). Una manera autodestructiva de vengar que Jacqueline le hubiera prohibido velar el cuerpo de Picasso, tal como le sucedió a casi todos los miembros de la prole.

    Pepita Dupont explica que Pablito era un politoxicómano con extraordinaria predisposición a las depresiones. También que trató de asaltar una de las residencias del artista para llevarse un botín de cuadros de gran valor. «Pablito era una persona atormentada, depresiva. Le provocó mucho dolor no poder ver a su abuelo, pero esa no puede considerarse como la razón del suicidio», explica Dupont a propósito de la maldición que rodea al clan mestizo.

    También Jacqueline, última mujer del artista, resolvió suicidarse en 1986, disparándose con un revólver en la cabeza. Por no hablar de la modelo, musa y amante Marie-Thérèse Walter. Coincidió con Picasso en los años 20 pero fue en 1977 cuando se ahorcó.

    Es la letra oscura, titubeante, de La verdad de Jacqueline y de Pablo Picasso. O la mentira, según mantiene la defensa de Marina. Ya se había ocupado la nieta de maldecir a su abuelo como un «monstruo que destruía todo aquello que beneficiara su creación».

    Consta así en Grand-pere (Abuelo), un libro de memorias escrito en 2003 y convertido en una especie de venganza polifacética. Sería Picasso un tirano, un ególatra, un eclipse perenne y voraz sobre las vidas de quienes lo rodeaban. Especialmente su nieto Pablito.

    Marina acusa a Pablo de tratarlo simultáneamente con sadismo e indiferencia. Recuerda por ejemplo las humillaciones que sufría junto a su padre Paulo, en la ruina, cuando llamaban a la puerta del maestro. Unas veces les decían que no podía atenderlos porque estaba dormido. Otras porque estaba trabajando, o comiendo. De modo que Marina, que tenía 7 años, y Pablito, que tenía 8, trataban de consolar las lágrimas del progenitor a bordo del coche.-(---).elmundo.es

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