miércoles, 21 de mayo de 2014

MANUEL BORJA-VILLEL DEL REINA SOFÍA A CIA

Manolo Borja del Reina a CIA

Agentes y amigos de CIA recibieron a Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía (Madrid).
El Martes 19 de Mayo el Director del Reina Sofía (Madrid) visitó el CIA y tuvo un encuentro con los agentes 2014. Una charla sobre la práctica actual del arte contemporáneo.

Algunos de los temas que se desarrollaron durante el encuentro fueron los nuevos conocimientos críticos en relación al museo y la investigación y otros modos de entender la curaduría como modo de incidencia política; la cartografía de los museos de arte contemporáneo del mundo -dónde estamos parados- y la colaboración en redes y el trabajo desarrollado junto a la Red Conceptualismos del Sur y La Internacional.

Afable, interesante y osado, Manolo Borja -recién llegado de España- compartió entre brindis y amigos sus experiencias al frente del Reina, un museo vivo en estado permanente de investigación en curso, de archivo abierto para el uso de todos con todos.
Conversó sobre tópicos macro: cómo entender y ejercer hoy las prácticas museísticas y de curaduría, los desafíos de la institución "Arte" para demarcarse de la cooptación del mercado, y y también sobre las micropolíticas cotidianas: cómo gestionar un museo con una reducción del 50% en su prespuesto. Temas de hoy urbi et orbi.
En su gestión se operaron cambios en la estructuración museística: pasaje desde las sala-exhibiciones en torno a los grandes nombres propios del arte español (Tápies, Picasso, Dalí) a muestras historizadas, que sitúen las piezas en el marco de la Historia. No aislar al "Guernica" sino presentarlo en el contexto del Pabellón de la República Española del '37. Desacralizar la obra de Picasso para reponerla en su contexto de obra pública de una España popular y de vanguardia.
Pasar de lo micro a lo macro -en ida y vuelta- a través de relatos y recortes de lectura-exhibición, cuestionando desde la propia dirección del museo las prácticas museísticas establecidas (¿hoy por el mercado?).
Cuestionar criterios mercantilísticas desde los propios archivos en uso. Abrir esos archivos -en vez de secuestrarlos- para compartirlos con el público y los investigadores. Para todos y entre todos. Albergar y dar marco de recepción, proyección y retroalimentación a la Red de Conceptualismos del Sur, a la Red de los Comunes y a La Internacional de los Museos. Establecer un puente con Sudamérica, y con los muchos sures que también hay en el norte.
El trabajo de Manolo Borja es un decir sostenido en el hacer.
Estupendo todo lo que dijo, sorprendente todo lo que hace en el lugar y momento en que lo está haciendo, En esta España tan pa´trás, Borja mira y hace hacia adelante.
Por Kiwi Sainz

El CIA es un espacio de cruce entre artistas y pensadores de diferentes partes del mundo, en especial América Latina. Desde agosto de 2009 se lleva a cabo un amplio programa de formación en arte contemporáneo y se otorgan becas anuales a artistas seleccionados por un jurado. Pensamos en estos artistas como agentes --culturales-- que además de participantes de la cursada son desarrolladores del programa, del espacio y del canal CIA.

MANUEL BORJA-VILLEL
Desde enero del 2008 Manuel Borja es director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), donde ha programado exposiciones como Nancy Spero; Deimantas Narkevicius; Manhattan, uso mixto; Georges Vantongerloo; Desvíos de la Deriva; Paul Thek; Nuevos Realismos (1957-1962); Miralda; Martín Ramírez; Leon Ferrari y Mira Schendel; Atlas. ¿Cómo llevar el Mundo a cuestas?; Thomas Schütte; Val del Omar; Principio Potosí; Hans-Peter Feldmann o Elena Asins, entre muchas otras.
Se licenció en Historia del Arte en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia en 1980. En 1981-1982 fue Special Student en la Yale University y obtuvo una beca Fullbright en 1981-1983. En 1987 hizo un Master of Philosophy del Departamento de Historia del Arte de la City University of New York y en 1988-1989 obtuvo la beca Kress Foundation Fellowship para Historia del Arte. En 1989 realizó el Doctorado en Filosofía en el Departamento de Historia del Arte de la Graduate School of the City University de Nueva York. Ha escrito sobre Rodchenko, expresionismo abstracto, Bourgeois, Brassaï, Giacometti y arte español contemporáneo, entre muchos otros.
Fue director del museo de la Fundació Antoni Tàpies de Barcelona desde su inauguración, en junio de 1990, hasta julio de 1998. En esta institución organizó exposiciones como Els límits del museu y La ciutat de la gent, así como muestras de los artistas Louise Bourgeois, Brassaï, Marcel Broodthaers, Lygia Clark, Hans Haacke y Krzysztof Wodiczko, entre otros.
Desde 1998 hasta enero de 2008 fue director del Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA). Entre las exposiciones que presentó en el MACBA destacaron las dedicadas a Vito Acconci, El Lissitzky, Öyvind Fahlström, Peter Fischli & David Weiss, Robert Frank, David Goldblatt, Luís Gordillo, Raymond Hains, Richard Hamilton, William Kentridge, Perejaume, Michelangelo Pistoletto, Gerhard Richter, Martha Rosler o Antoni Tàpies. 
CIA
Tucumán 3754 - Buenos Aires - Argentina
011-4861-7838
info@ciacentro.org
www.ciacentro.org
por ramona.org.ar
ramona.org.ar

2 comentarios:

  1. "El arte es un espacio en el que resulta posible cuestionar todo"

    04.06.2014 | Perder la forma humana: una imagen sísmica de los años 80 en América Latina en el Centro de Arte Contemporáneo dependiente de la UNTREF

    La muestra, que incluye de fotos a instalaciones da cuenta de la resistencia artística a distintas violencias de Estado. Comenzó a gestarse en 2007 en el Museo Reina Sofía de España, cuyo director dialogó con Tiempo Argentino.
    El primer Siluetazo con el que las Madres de Plaza de Mayo junto a militantes y artistas ocuparon la plaza en 1983. Audios del grupo punk chileno Pinochet Boys. El original de la obra de León Ferrari Nosotros no sabíamos con recortes de prensa que denunciaban las desapariciones. Y también, las imágenes tomadas por el fotógrafo Miguel Ángel Rojas en los baños de un cine donde exhiben películas porno en México. La performance de Las yeguas del Apocalipsis (ese dúo explosivo formado por Pedro Lemebel y Francisco Casas) en un sótano que había sido centro clandestino de detención. Y las serigrafías con las que el Taller NN denunció las torturas en Perú durante la lucha armada, tras el surgimiento de Sendero Luminoso. Los manifiestos del colectivo feminista Polvo de Gallina Negra. Y las noches del Parakultural de la mano de Batato Barea, Alejandro Urdapilleta o Fernando Noy. Si hay una muestra imprescindible en estos días es la que reúne todas estas intervenciones. Se trata de Perder la forma humana: una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina, que se exhibe en el Centro de Arte Contemporáneo dependiente del Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (avenida Antártida Argentina 1355). Los investigadores nucleados en la Red de Conceptualismos del Sur iniciaron este trabajo en 2007 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de España. Perder la forma humana… llega ahora a Buenos Aires gracias a un acuerdo con la Universidad Nacional de Tres de Febrero. A través de unas 600 obras –que incluyen fotografía, videos, material gráfico y documental, instalaciones y dibujos– esta exposición indaga las tensiones entre arte, política y activismo que tuvieron lugar durante los años ochenta en nuestro continente. Específicamente, en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú, con la inclusión de casos puntuales en Uruguay, México, Colombia y Cuba. En ese contexto, el cuerpo es el territorio donde se libran todas las batallas, esas que lo terminan transformando. En él se inscriben las huellas ligadas a la defensa de los Derechos Humanos en épocas oscuras, las cuestiones de género, las desobediencias sexuales, el fantasma del SIDA (por entonces considerado una plaga de fin de siglo) e incluso los movimientos culturales under que parodian la desdicha o la incertidumbre posdictatorial. El arco temporal específico abarca desde 1973, inicio del golpe militar pinochetista, hasta 1994, cuando el zapatismo inauguró un nuevo ciclo de movilizaciones y refundó el activismo a nivel internacional. Esta muestra es, entonces, una cartografía de las violencias de Estado pero también de las formas que asumió el arte como forma de resistencia contracultural, cargada de una potencia erótica tras años de represión. "El carácter itinerante y efímero de las obras conceptuales determina que muchos de estos materiales hayan tenido que ser rastreados de manera exhaustiva; básicamente porque nunca fueron creados como testimonios a largo plazo ni como piezas artísticas perdurables. Esa recuperación y la conformación de un archivo es uno de los logros de esta muestra. Nos encontrarnos frente a distintas experiencias: la serigrafía como herramienta política, las tentativas de contrainformación y comunicación clandestina, la toma de la calle en el sentido más literal, las estrategias de guerrilla o el trabajo con el cuerpo. Todas estas propuestas abogan por un arte activo, activista, público e impuro", dijo Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía.
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  2. El funcionario estuvo de paso por Buenos Aires, donde participó de un seminario realizado en el Centro Cultural Borges como parte de la muestra. En ese marco dialogó con este diario. Y explicó, en principio, que la muestra tiene orígenes diversos. "Primero, uno vinculado al punto de vista histórico. Es bastante curioso y significativo que mientras en Europa y Estados Unidos en los ochenta había un arte de la transvanguardia y una vuelta a la pintura, en el sur geopolítico se estaba produciendo otro tipo de arte, una forma de acción ligada a procesos políticos. Otra cosa que nos interesaba es el hecho de que cierto arte latinoamericano está de moda pero muchas veces una visión estereotipada de una suerte de 'América mágica'. Perder la forma humana… profundiza en una visión distinta. Finalmente, la idea es trabajar de otro modo con el archivo, intentar crear un mapa más que comercializar con el arte como forma de memoria”, agregó. Resulta sugestivo que sea un museo europeo el que sostenga una investigación de estas características, cuyo anclaje es América latina. "El sistema reprime en muchos niveles y uno de ellos es quitarte la voz, la capacidad de recordar, la capacidad de comunicarte. De ahí la importancia de las prácticas artísticas que dan cuenta de que puedes hacer arte con casi nada. Otro aspecto es que existe una estructura disciplinaria donde parece que los pintores solo pueden pintar y los activistas solo pueden hacer política. Las fronteras en esta exposición se van cruzando continuamente. Al hecho de hacer arte o política con casi nada, se suma la indagación de crear resistencia con el cuerpo. Esto pone en cuestión la idea de que no puedes hacer nada. Para nosotros en Europa es muy importante plantear otra forma de hacer historia." En ese sentido, Borja –que es historiador del arte y llegó al Reina Sofía en 2008– destacó que "el programa del museo es histórico porque busca entender lo contemporáneo". "Antes cada generación tenía una idea mesiánica de sí misma, se veía como el fin de un momento o el principio de otro. Y esto ha dejado de ocurrir en los últimos veinte años. Nuestra relación con la historia se basa en tener el nuevo iphone pero sin idea de progreso o de historia. Para el Estado es una situación ideal. Ya no es necesario que la violencia se ejerza desde ahí sino que existe un nuevo tipo de violencia autoinfligida." Borja consideró que "el arte es el lugar que permite cuestionar absolutamente todo", aunque aclara que esto no implica "pensar que las cosas cambien solo porque tú y yo estemos sentados charlando aquí". "La sociedad actual está basada en la idea de Hobbes de que el hombre es el lobo del hombre, de que el ser humano es malo por naturaleza. Así que es una sociedad basada en el miedo al otro. Pero sabemos que hay una forma de vínculo distintas. O sea que el hombre no es malo por naturaleza ni las relaciones tienen que estar basadas en la posesión. Las formas artísticas rompen la idea absurda de separación entre yo y el otro. Hoy más que nunca, el arte puede tener un sentido revolucionario. La muestra, en ese aspecto, mantiene un espíritu muy ligado al presente", dijo. « La muestra Perder la forma humana. Una imagen sísmica de América latina en los ochenta permanecerá abierta hasta el 10 de agosto en el Centro de Arte Contemporáneo (Avenida Antártida Argentina 1355). De martes a domingos de 11 a 19. Gratis.
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