lunes, 5 de mayo de 2014

EL TRABAJO EN LA INGLATERRA VICTORIANA / HERMANDAD PRERRAFAELISTA

10 comentarios:

  1. Se puede encontrar en este blog el 20-8-2012, un Informe del diario www.theguardian.com/uk y Fotogaleria acerca de los Prerrafaelistas, comentados por J. Jones.

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  2. Thomas Carlyle
    (Gran Bretaña, 1795-1881) Carlyle
    Ensayista e historiador escocés, además de influyente crítico social. Nació en Ecclefechan, el 4 de diciembre de 1795 y estudió teología en la Universidad de Edimburgo. Tras cinco años de reflexión abandonó el clero en 1814 y dedicó los cuatro años siguientes a enseñar matemáticas. Insatisfecho con la enseñanza, se trasladó a Edimburgo en 1818. Allí estudió leyes durante un breve periodo de tiempo y posteriormente escribió artículos para la Edinburgh Encyclopedia. Asimismo abordó en profundidad el estudio de la literatura alemana y publicó Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1824), una traducción de la novela Wilhelm Meister (1796), del escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, y German Romance (1827), que incluía su traducción de los Viajes de Wilhelm Meister. Carlyle es también autor de Vida de Schiller (1825), publicada por entregas en London Magazine entre 1823 y 1824. Tras viajar a París y Londres regresó a Escocia y colaboró con la revista literaria liberal Edinburgh Review. En 1826 contrajo matrimonio con Jane Baillie Welsh, una escritora a la que conoció en 1821. A partir de 1828 la pareja vivió en la granja que Jane tenía en Craigenputtock (Escocia), donde Carlyle escribió la sátira filosófica El sastre sastreado. Esta obra, publicada originalmente entre 1833 y 1834 en Fraser's Magazine, es en parte autobiográfica. A la manera de una 'filosofía de la indumentaria', Carlyle comenta la falsedad de la riqueza material; y a la manera de un romance filosófico, detalla sus crisis personales y afirma su idealismo espiritual. Con esta sátira, Carlyle se perfila como un crítico social muy preocupado por las condiciones de vida de los trabajadores británicos. Durante su estancia en la granja escribió también algunos de sus mejores ensayos, y entabló una amistad de por vida con el ensayista estadounidense Ralph Waldo Emerson. En 1834 se trasladó a Londres, donde se le asignó el sobrenombre de 'el Sabio de Chelsea' y perteneció a un círculo literario en el que figuraban los ensayistas Leigh Hunt y John Stuart Mill.

    En Londres escribió Historia de la Revolución francesa (1837), un estudio histórico basado en la opresión de los pobres que resultó un éxito inmediato. A continuación publicó una serie de conferencias entre las que destaca Los héroes (1841), donde sostiene que el avance de la civilización se debe a la actividad de los héroes. Su odio y temor a la democracia y su alabanza de la sociedad feudal se reflejan en buena parte de sus escritos posteriores, especialmente en El cartismo (1839) y Pasado y presente (1843). Su concepto de la historia queda patente en obras como Cartas y discursos de Oliver Cromwell (1845) e Historia de Federico II de Prusia (10 volúmenes, 1858-1865), su obra más extensa. Tras la muerte de su esposa, Carlyle editó las cartas escritas por ella. Su autobiografía, Recuerdos, se publicó en 1881. Murió en Londres, el 5 de febrero de 1881. Durante toda su vida, y durante la mayor parte del siglo XIX, Carlyle fue considerado uno de los principales pensadores de su tiempo, pese a que hoy no goza de amplia estima. Sus ideas se reflejan en muchas obras producidas durante la época victoriana, y su influencia es evidente en los escritos de Ruskin y las obras posteriores de Charles Dickens. © eMe
    Textos:

    El sastre sastreado (fragmento)
    Los héroes (fragmento)
    Pasado y presente (fragmento)
    www.epdlp.com

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  3. 8. Los libros perdidos de Valldemosa. Durante la estancia de la familia en Europa (1914-1921), aprende latín, francés y alemán, lee a los simbolistas, a Nietzsche y Schopenhauer, a Meynrik. Descubre a tres de los autores que le acompañarán toda la vida, Thomas Carlyle, Gilbert K. Chesterton y Thomas de Quincey. Conoce Suiza, Italia y España. En Valldemosa (Mallorca), intima con el vicario (repasan a Virgilio en latín) y trabaja en un par de libros que nunca publicó e intentó borrar de su pasado: Los ritmos rojos, un poemario exaltado sobre la revolución bolchevique, y Los naipes del tahúr, una colección de relatos “a la manera de Pío Baroja”. Vive el ajetreo vanguardista de Madrid que, muy de acuerdo con el espíritu pancista de la ciudad, se desarrolla en cafés y restaurantes. Conoce a Ramón Gómez de la Serna, de cuya suficiencia no guardará buen recuerdo, y a Rafael Cansinos Asséns, al que considerará un maestro
    blogs.20minutos.es

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  4. "Un auténtico fantasma", de Thomas Carlyle



    "UN AUTÉNTICO FANTASMA"


    ¿Habría algo más prodigioso que un auténtico fantasma? El inglés Johnson anheló, toda su vida, ver uno; pero no lo consiguió, aunque bajó a las bóvedas de las iglesias y golpeó féretros. ¡Pobre Johnson! ¿Nunca miró las marejadas de vida humana que amaba tanto? ¿No se miró siguiera a sí mismo? Johnson era un fantasma, un fantasma auténtico; un millón de fantasmas lo codeaba en las calles de Londres. Borremos la ilusión del Tiempo, compendiemos los sesenta años en tres minutos, ¿qué otra cosa era Johnson, qué otra cosa somos nosotros? ¿Acaso no somos espíritus que han tomado un cuerpo, una apariencia, y que luego se disuelven en aire y en invisibilidad?


    Thomas Carlyle
    Sartor Resartus (1874)


    FUENTE: Borges, J.L.; Bioy-Casares, A.; Ocampo, S. Antología de literatura fantástica.
    literaturayotrasondas.blogspot.com.ar

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  5. Thomas Carlyle
    Los héroes (fragmento)

    " Siempre tuve por muy irreflexiva aquella opinión, muy común entre nosotros, que le compara a un pájaro posado en una rama, cantando libre y caprichosamente, sin conocimiento de las miserias y trabajos de los demás hombres. Eso es un error. No hay hombre de quien en absoluto pueda decirse tal cosa. Porque, ¿dónde podrá hallarse individuo que atraviese el calvario de la vida desde rudo cazador furtivo y carnicero, hasta alcanzar las sublimes cumbres donde brillaron los Sófocles y Eurípides, sin que en el camino le asaltaran innumerables trabajos y pesadumbres? O más bien dicho: ¿dónde está el hombre, ni cómo podría un hombre representarnos al vivo un Hamlet, un Macbeth, un Coriolano y tantos y tantos probados y heroicos corazones, si no fuese heroico el suyo propio, si no hubiese jamás sufrido?
    (...)
    El árbol de Igdrásil florece y se marchita por sus propias leyes, demasiado profundas para que las escrutemos. Y, no obstante, florece y se marchita, y cada una de sus ramas y cada una de sus hojas están allí por leyes fijas y eternas; pero nunca falta un Thomas Lucy que llegue a la hora señalada y convenida. Cosa curiosa e insuficientemente considerada: como todas las cosas cooperan con el todo, sin que ni una hoja desprendida del árbol y pudriéndose por los senderos deje de formar indisoluble parte de los sistema solar y estelario, no hay tampoco pensamiento, palabra ni humana acción que no provenga de todos los demás hombres y que no trabaje influyendo más o menos tarde, de un modo conocido o desconocidamente, sobre los demás hombres. Podemos comparar la cosa a un árbol: la circulación de la savia y demás influencias, la mutua combinación de la hoja más indiferente con la fibra más íntima de una raíz con todas y cada una de las demás partes grandes y pequeñas del todo. El árbol Igdrásil tiene sus raíces en lo más profundo de los reinos de Hela y de la Muerte, y extiende sus ramas levantándolas a lo alto del cielo. "


    El Poder de la Palabra
    epdlp.com

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  6. Thomas Carlyle
    Pasado y presente (fragmento)

    " Midas. La condición de Inglaterra, objeto de muchas publicaciones que disertan sobre el arte del pensamiento, así como de múltiples reflexiones personales, es justamente considerada como una de las más ominosas, a la par que extrañas, y nunca vista en este mundo. Inglaterra está llena de riqueza, de múltiples productos y suministros adecuados al consumo humano, pero sin embargo se muere de inanición. Las flores de Inglaterra crecen generosamente, las amarillas cosechas la saludan, los instrumentos industriales salpican de actividad los talleres, con no menos de quince millones de trabajadores. Podría pensarse que es el país más fuerte y astuto, donde la fruta se exhibe exuberante por doquier, pero hete aquí que un funesto encantamiento se ha extendido por sus lares: "Que ninguno de los maestros ociosos toque la fruta de nuestra tierra". Los trabajadores con menos emolumentos paceden en mayor grado y son más humillados por esta tesitura.
    De estos alrededor de dos millones de trabajadores se fraguan las industrias y las prisiones, los hospicios se atestan y la esperanza queda rota en pedazos. Se sientan allí, durante muchos meses, conservando tal vez un mínimo atisbo de fe en la liberación. No es posible trabajar así que sus tristes y contritos corazones, sin perspectivas de esperanza, participan de este "mundo justo", encerrados en paredes estrechas. Se sientan ahí, reprimidos, como presas de un horrible encantamiento; contentos de estar encarcelados y encantados, para no perecer de hambre. "


    El Poder de la Palabra
    epdlp.com

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  7. Los miembros de la Hermandad Prerrafaelista eran extremadamente serios y escribieron una política de sus objetivos. Querían pintar temas basados en la realidad. Publicaron un periódico "The Germ", para promover sus ideas, cosa que suscitó muchas quejas, en especial por parte de Charles Dickens(1812-1870).
    Pronto se desmantelaron,por diferencias en sus obras, si bien su influencia se dejó sentir por muchos años. Entre sus seguidores se encontraba Ford Madox Brown, Arthur Hughes(1832-1915) Simon Solomon (1840-1905), Henri Wallis(1830-1916) Charles Allston Collins(1828-1873) y Edward Burne-Jones(1833-1898 Walter Howard Deverell(1822-1854).
    La obra de la nueva generación se considera una segunda fase del movimiento Prerrafaelista.
    Realzaron los detalles precisos, casi fotográficos. En 1839 se había inventado la fotografía.Todo estaba perfectamente enfocado. El simbolismo y la alegoría eran aspectos recurrentes y con frecuencia mostraban influencias de Tennyson, Browning, Keats y Shakespeare, así como de temas medievales. Decidieron no seguir a Joshua Reynolds, el fundador de la Real Academia de las Artes al que la mayoría de los artista jóvenes intentaba emular, pues su estilo se les antojaba chapucero e insincero..En cambio admiraban las teorías del crítico de arte John Ruskin (1819-1900) y, una vez lo conocieron en persona, admitieron sentir alto aprecio hacia su obra y escribieron cartas a The Times en su defensa. En 1851, Ruskin publicó un panfleto titulado "Prerrafaelismo" en el que explicaba y alababa el planteamiento y las creencias de la hermandad.

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  8. Ford Madox Brown


    Ford Madox Brown.
    Ford Madox Brown (Calais,16 de abril de 1821 – Londres 6 de octubre de 1893) fue un pintor inglés. Aunque estrechamente relacionado con la Hermandad Prerrafaelita, no llegó a ser miembro de la misma. Compartía con ellos su rechazo a la pintura académica y su interés por el arte medieval. Fue muy amigo de Dante Gabriel Rossetti, y formó parte de la compañía de diseño de William Morris, Morris, Marshall, Faulkner & Co., en 1861.
    Se formó como pintor en varias ciudades, entre ellas Brujas, Gante y Amberes, pero la que más le marcó fue Roma, donde estuvo entre 1845 y 1846, frecuentando a los nazarenos, una corriente artística nacida en 1806 en Viena. Tuvo la oportunidad de estudiar a fondo la pintura italiana. En 1846, viudo de su primera esposa, Elisabeth Bromley, regresó a Inglaterra. Años después conoció a Rossetti, entonces siete años más joven que él, quien le presentó a Millais y a Hunt.

    Brown se dedicó sobre todo a la pintura histórica y de tema bíblico. Su carácter retraído y solitario se acentuó a causa de ciertas tragedias familiares y numerosos fallecimientos de índole personal. Estos incidentes, sumados a su interés por los problemas de la época (la desigualdad social, la industrialización, la emigración) produjeron una obra intensa cuyos temas cambiaban en tanto que el estilo siempre era el mismo.



    Adiós a Inglaterra, una de las obras más conocidas del pintor.
    En 1865 organizó una muestra personal en Piccadilly donde recibió críticas buenas y malas por igual: algunas personas alababan su gran pericia técnica, su uso de la luz y sus temas, pero otros rechazaron su estilo de composición y su excesiva vena melodramática. Sin embargo, logró varios encargos de particulares, y entre ellos el más importante fue su participación en los frescos del municipio de Mánchester, representando la historia de la ciudad, empresa que le llevó prácticamente 10 años de su vida.

    Uno de sus cuadros más famosos es Adiós a Inglaterra ("The Last of England"), retrato de una pareja de inmigrantes a bordo de un barco que les alejará de Inglaterra para siempre. Se inspiró en la partida del escultor prerrafaelista Thomas Woolner, quien emigró a Australia. Destacan también Trabajo ("Work", 1852–1865), y el ciclo de doce pinturas acerca de la historia de Mánchester, en el ayuntamiento de la ciudad. Sus obras se caracterizan por su rico colorido, cuidada estética y minuciosidad en los detalles de atuendos y escenarios.

    Su hijo Oliver Madox Brown (1855–1874) mostró grandes dotes como pintor y poeta, pero murió prematuramente. Su nieto fue el famoso novelista Ford Madox Ford.
    es.wikipedia.org

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  9. Se me ocurre, que la mirada del bebe, puede ser la alegoría, de un mundo mejor. Él lo podrá disfrutar.Es el único que puede mirar. El símbolo significa, más bien, una respuesta emocional del espectador ante la contemplación de una escena, que por cierto es abigarrada, por la heterogeneidad de las personas que allí conviven. Unos pies descalzos, junto a calzado muy bien lustrados. Paseantes descansados, montados en sus caballos, junto a trabajadores que lo hacen por el futuro de todos. Y, la presencia allí de los pensadores, infunde optimismo.
    En lugar de elaborar teorías sentados en sus escritorios, observan directamente a los trabajadores y me imagino brindando asesoramiento y consejo.
    Las teorías como resultado de la realidades y necesidades concretas de gente que debe beber cerveza, dado de que el agua está contaminada. Quizá marcando la causa de la adicción al alcohol.
    La representación de situaciones cotidianas puede entenderse como alegorías de principios morales tales como "la pobreza no dura para siempre" o "el trabajo brinda una vida mejor para nuestros hijos, que, entonces pueden contemplar, mirar y jugar".

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  10. Nunca he juzgado una obra de arte por su tamaño. Algunos de mis cuadros favoritos caben en una maleta (los de Vermeer, por ejemplo) y, sin despreciar las catedrales, disfruto con las iglesias pequeñas (Santa Maria dei Miracoli, por citar una). Con la literatura me ocurre lo mismo, no me parece un escritor menor el que sólo, o fundamentalmente, se dedica a los cuentos y creo que un poema puede encerrar el mundo.
    Dicho eso, tengo que reconocer que las novelas de muchas páginas me producen un gusto que va más allá de otras sensaciones. Bueno, más bien es un disfrute especial porque cuando un autor me gusta, la posibilidad de entrar en su mundo por caminos largos (puede ser una única obra extensa o varias una detrás de otra), de recorrer sus territorios inventados, es un placer que no se parece a nada.
    Así que he desarrollado un fetichismo particular con las novelas largas, de muchos tomos o de un único volumen que encierra cientos de páginas. Su ancho lomo es una promesa de horas de disfrute, de tardes gozosas en las que parece que llueve sólo para que yo me quede en casa con mi lectura.
    Algo de eso es lo que me ha ocurrido con la tetralogía de Ford Madox Ford (1873-1939), El final del desfile, que Lumen ha publicado reunida en un único volumen. El autor ya es conocido de Sinololeonolocreo por un precioso post que escribió Anabel Rábade sobre su novela más conocida, El buen soldado. Eso me evita tener que hablar del autor porque en el citado, y enlazado post, podréis encontrar comentarios jugosos y datos interesantes.
    Sólo quiero comentar que Ford Madox Ford era un escritor valiente, comprometido con la experimentación y muy conectado con las vanguardias literarias de su época. Así, utiliza técnicas que luego se han hecho comunes pero que en su momento fueron revolucionarias: monólogo interior, diferentes puntos de vista para narrar el mismo acontecimiento, saltos en el tiempo. Todo administrado con tanta maestría que uno se olvida de la técnica y simplemente disfruta.
    Una de las cosas que me ha gustado de esta novela, son cuatro pero las he leído seguidas como si se tratara de una única obra, es que su protagonista, el aristocrático y conservador Christopher Tietjens, me resultaba profundamente antipático al principio, me sacaba de quicio con su caballerosidad decimonónica y su santidad anglicana, pero terminó por caerme bien. Me parece un valor añadido en cualquier lectura el poder simpatizar con alguien que no tiene nada que ver conmigo.(...) Javier Pérez Iglesias
    oendientedemigracion.ucm.es

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