viernes, 27 de diciembre de 2013

ENRIQUE DE LARRAÑAGA EN EL MNBA / MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES

Enrique de Larrañaga

17/12/2013 - 30/01/2014
Av. del Libertador 1473
El Museo Nacional de Bellas Artes presenta la exposición retrospectiva de Enrique de Larrañaga curada por Roberto Amigo.
Enrique de Larrañaga (San Andrés de Giles, 1900 – Buenos Aires, 1956) es un artista central en el arte argentino de la primera mitad del siglo XX. Asociado generalmente con la última etapa de su vasta producción, los payasos resueltos desde fuerte coloridos, la muestra actual logra revisar críticamente su larga trayectoria a partir de núcleos significativos: el paisaje nacional de su momento inicial, seguidor de Fernando Fader, la estadía en España con sus luminosas vistas de Madrid y escenas populares, bajo el impacto de la obra de José Gutiérrez Solana. Por ello su obra es singular en el ámbito local, se afirma en la continuidad de una tradición española,, cuando el “arte nuevo” se  asociaba a la modernización de la escuela de París. Su regreso a Buenos Aires en 1931 cuando se consolida con la obtención de los premios nacionales y provinciales y la evolución estilística de su pintura desde los años cuarenta.  Larrañaga fue un artista reconocido  en su tiempo por el gran público y la crítica por sus asuntos de circo y carnaval, pero además fue uno de los retratistas más sólidos  de su generación. Por ello, los retratos ocupan un lugar tan destacado en la exposición como aquellas escenas de la cultura popular. Además, La muestra de Larrañaga permite una mirada tangencial a la evolución del gusto artístico del salón oficial.
Larrañaga fue uno de los pocos artistas que se acercaron al primer peronismo, proveniente del radicalismo. Asumió como director de la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”, esta filiación política ocasionó, posteriormente, el olvido de su obra. Su recuperación en esta exposición permitirá no sólo un nuevo acercamiento a uno de los artistas más celebrados en su época por su calidad técnica  dentro de la tradición figurativa, elogiado por voces tan diversas como las de José León Pagano y Emilio Pettoruti.
...www.arte-online.net
www.sarachaga.com.ar



Jorge Lomuto* / Periodista y escritor
Durante varias décadas fue redactor de La Nación. Publicó Cuentos escandalosos 
y los poemariosRumor de arroyo, Predestinación y Carmen y la tarde. Este último es material de estudio en Puerto Rico y Cuba. Su obra cancionística Vuelve a mi lado, con Ricardo Martínez, fue premiada por Sadaic; con su hermano Daniel Lomuto y el Maestro Sebastián Piana compuso Eterno Catulín, dedicado a Cátulo Castillo.
Traemos a la brecha un periodismo de nueva modulación en el campo nacional. Podemos adelantarnos a la perspectiva del tiempo porque sabemos qué que-remos y adónde vamos. Las líneas están tendidas desde años atrás y no es posible ya eludir los vértices de nuestro destino. Vamos a ejercer –así como suena– el apostolado de la argentinidad, por primera vez en nuestra prensa de modo tan cabal y absoluto. Vamos a valernos para nuestro trabajo, sencillo y feliz, de escritores argentinos, artistas argentinos, colaboradores argentinos y temas argentinos. Más claro, agua. Sin el menor atisbo de chauvinismo, por supuesto.”
Así comenzaba el editorial del número 1 de Continente, revista con forma de libro (tenía lomo y, en esa primera entrega, 192 páginas) que ganaba la calle el 15 de abril de 1947 en la ciudad de Buenos Aires, al precio de 50 centavos el ejemplar. Firmaba esa nota de presentación alguien con las iniciales J. F. D., que significaban Joaquín F. Dávila, seudónimo de uno de los directores propietarios de la publicación que efectuaba Editorial Los Dos y que tenía su redacción en Av. Belgrano 835, entrepiso, en pleno centro de la capital argentina.
¿Quiénes eran los dos, cuya mención numérica daba nombre a la editorial? Uno de ellos, Oscar Lomuto –tío de quien escribe estas líneas–, porteño, nacido el 18 de septiembre de 1899 (o sea 25 días después que Jorge Luis Borges), y fallecido el 31 de enero de 1970, había ejercido la profesión periodística durante muchos años en el diario La Razón, especializándose en la información sobre Fuerzas Armadas. Ello le valió vinculaciones con gente de nota entre los uniformados y una incursión literaria como coautor del libro El hombre del deber, texto que contiene semblanzas sobre la vida del general Manuel A. Rodríguez, que fue ministro de Guerra del presidente Agustín Pedro Justo. Oscar trabó allí, también, amistad con Juan Domingo Perón, quien militaba “en el sector ‘liberal’ del Ejército en el que se ubicaban Justo y José María Sarobe durante los años treinta”, relata Rosendo Fraga en la revista Todo es historia, N° 385, agosto de 1999.
Se mostró partidario de Perón y de Edelmiro Julián Farrell tras el golpe del 4 de junio de 1943; y, cuando este último asumió la jefatura del Estado, el 10 de marzo de 1944, Oscar Lomuto fue subsecretario de Informaciones, Prensa y Propaganda (así se llamaba el cargo en ese entonces) de la Presidencia de la Nación. Pese a que en 1945, luego del 17 de octubre, condujo, desde un local instalado en Piedras 338, la campaña pro candidatura del coronel Perón, una vez elegido éste presidente, aquél no tuvo cargos en el gobierno. Algunos atribuyeron esa circunstancia a que Oscar, dos veces viudo, no formalizaba su situación con una mujer con quien tenía instalado un suntuoso departamento, y a la vez alternaba con otras.
Distintas versiones señalan que, luego de un asado regado con buen vino, al referirse humorísticamente Perón a las aventuras de algunos colaboradores, entre ellos Oscar, éste fue como “fulminado” por la mirada de Evita, inicio de la circunstancia que lo apartó del elenco.
En abril de 1947, con la obra El Payaso de Enrique de Larrañaga en su portada, aparecía la primera edición. Según sus directivos la tirada alcanzó 100 mil ejemplares.www.elarcaimpresa.com.ar

1 comentario:

  1. En España estudió la obra de Velázquez y tuvo influencias de la pontura de Gutiérrez Solanas. En el Salón de Otoño de 1927 presentó el cuadro "Puerta cerrada" y en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930 obtuvo una medalla por el cuadro "Plaza del Ángel".
    Al año siguiente ya en Buenos Aires le otorgaron el Gran Premio del Salón Nacional por su obra "Entre telones". Y, en 1937 logra la medalla de Oro en la exposición Internacional de París con su cuadro "Mi esposa".

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