martes, 14 de mayo de 2013

MUSEO DEL ARTE/ JEAN BAPTISTE SIMEÓN CHARDIN, VAN GOGH, CANALETTO

Museo del Arte



Posted: 07 May 2013 10:54 AM PDT
National Gallery of Art, Washington

Jean Baptiste Siméon Chardin
Este interior de Chardin nos hace pensar en Teniers. La luz y los colores, moderados; nada precipitado ni repentino. La referencia a los interiores de cocinas neerlandeses se revela de forma inmediata como meramente superficial, una moda que se limita a la selección de los objetos de decoración y al colorido dominado por el marrón. Resultaría erróneo ver en esta escena un mensaje alegórico. No muestra más que a una cocinera en un espacio indeterminado, que se ha detenido un instante en su trabajo. Su gesto no revela ni alegría ni tristeza; su mirada es vaga, pero no perdida. El espacio pintado, que a primera vista parece estar claramente delimitado, resulta ser un ámbito indefinido, cuya tranquilidad sólo procede de la coherencia interna. El momento del reposo satisfecho se convierte en una eternidad fuera del tiempo, tras la que se oculta un mundo de angustia y fugacidad.
 
Posted: 07 May 2013 10:49 AM PDT
Van Gogh Museum, Ámsterdam 

Vincent Van Gogh
Van Gogh se había aproximado al mundo de las estampas japonesas ya en la época holandesa, durante la cual, a finales de 1885, compró algunas en Amberes. En un principio no las utilizó para cambiar su propio estilo, pero su interés aumentó hasta hacer eclosión al trasladarse a París, donde incluso organizó una muestra de su propia colección. De la portada de un número de la revista París Ilustré en la que se reproducía una figura en kimono de Kesei Eisen el artista sacó un cuadro de notables dimensiones. Vincent creó un pastiche, colocando ante un fondo decorativo la obra de Eisen, tratada como si fuese un manifiesto. El cañaveral del segundo plano está concebido como un divertimento, con una barca que pasa por el río "sobre la cabeza" de la geisha, la cual está "sostenida" por una rana amarillenta. Japón vino a coincidir para Vincent con la imagen de un mundo utópico, incontaminado, paradisíaco: cuando partió para Provenza, definió el Sur como un "Japón europeo".
 
Posted: 07 May 2013 10:45 AM PDT
National Gallery, Londres

Canaletto
En este lienzo, Canaletto muestra la variedad de góndolas del Gran Canal, los llamativos vestidos de los gondolieri, la riqueza de colorido, el público de las orillas, las banderas y alfombras en las ventanas y balcones. Muestra fielmente una vista determinada de Venecia desde la Ca' Foscari: fachadas de palacios, sencillas casas, escaleras, ornamentos de los tejados, chimeneas, terrazas; y, en medio de todo, el amplio canal de un azul intenso. Está fascinado por el espectáculo momentáneo, su riqueza de colorido y de luz, su embriagadora presencia, y la ciudad, cargada de historia, eterna, sabia, que ve pasar los siglos fiesta a fiesta.
 

2 comentarios:

  1. Vincent Van Gogh tuvo muchas obsesiones. Una de las más fuertes fue el país de Sol Naciente como lo muestra "Van Gogh, sueños de Japón" que se presenta en la Pinacoteca de París. Allí se exhiben unas 40 obras del pintor holandés
    junto a los grabados japoneses que tanto lo apasionaron. Se trata de grabados o estampas de importantes pintores japoneses como Utagawa Hiroshige, y que al lado de los cuadros de Van Gogh se revelan de un parecido iconográfico evidente.

    VEA NUESTRO DIAPORAMA:

    “Las estampas japonesas lo inspiraron profundamente porque a los japoneses les gusta pintar la naturaleza y Van Gogh era un amante de la naturaleza. Como muchos de sus contemporáneos, descubrió que las composiciones japonesas eran muy audaces, sobre todo en lo que se refiere a la perspectiva. Van Gogh aprendió ese nuevo idioma en la pintura, al punto de proyectarse él mismo en un idealismo imaginario sobre Japón, una especie de armonía que él encontró en los artistas y en el arte japonés”, declaró a RFI Sjraar van Heugten, uno de mayores especialistas del mundo de las obras de Van Gogh, quien contribuyó al montaje de esta exposición.

    La colección de más de 500 estampas que él reunió se encuentra ahora en el Museo Van Gogh de Ámsterdam. "Un tesoro artístico" como las consideraba el pintor que en la ultima parte de su vida sufrió numerosas crisis de esquizofrenia y bipolaridad. Pintar los colores de la naturaleza japonesa era para él una manera de viajar a ese mundo imaginario, lleno de colores y de paz. Los cuadros que se exponen en la Pinacoteca de París dan cuenta de ese estado de ánimo que Van Gogh esperaba alcanzar. Son cuadros generosos en color, llenos de pintura y de una positiva visión de la vida.

    "Van Gogh, sueño de Japón" se presenta en la Pinacoteca de París hasta el 17 de marzo, en paralelo con otra exposición que reúne las pinturas del maestro japonés Utagawa Hiroshige.

    TAGS : ARTES PLÁSTICAS - PINTURA
    www.espanol.rfi.fr en esta dirección de radio francia se pueden apreciar el Diaporama y el audio sobre la exposición en la Pinacoteca de París que se realizó de octubre de 2012 al 17 de marzo del 2013.

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  2. (...)La técnica de pintura al pastel, que ya fue practicada por Leonardo da Vinci y Hans Holbein, despegó en el Siglo XVIII gracias, entre otros autores, a los retratos de la familia real realizados por Maurice Quentin de La Tour amigo de Chardin.


    Retrato de Madame Chardin
    1775 (pastel, 46 × 38 cm)
    Museo del Louvre, París
    En 1760 Quentin de la Tour realizó un retrato de Chardin con esta técnica y lo ofreció en 1774 a la Academia para que esta festejara a Chardin tras dimitir de sus funciones como tesorero de la Academia. El retrato fue colgado en la sala de sesiones el 17 de enero de 1775 en presencia de Jean Simeon Chardin.
    1774 marca otro punto de inflexión en la vida de Chardin, tras la sustitución del marqués de Marigny como Director de los Edificios del Rey por del conde de Angevilliers a la muerte de Luis XV. Las relaciones entre Chardin y el conde de Angevilliers eran muy distintas de las que tenía con el hermano de la Pompadour. Es probable que Chardin tuviera que enfrentarse a un desdén hóstil, sufriendo distintos menosprecios por parte del conde.
    En paralelo, tras la muerte de François Boucher (1703-1770), Primer Pintor del rey, el conde hizo dimitir a Charles Nicolas Cochin hijo (1715-1790) (otro protegido de Marigny y amigo de Chardin) de su cargo de Secretario de la Academia y nombró en su lugar a Jean-Baptiste Marie Pierre (1714-1789) al mismo tiempo Primer pintor del Rey y Secretario de la Academia.
    Jean Simeon Chardin se dedicó realmente a esta técnica a partir de 1770. Explicó este cambio por problemas de salud en una carta al conde el 21 de junio de 1778 en la que le pedía seguir percibiendo la renta de la función de tesorero de la Academia, que había dejado cuatro años antes. En su respuesta del 21 de julio de 1774, el conde le dirá que ya cobraba mucho más que muchos otros "funcionarios" de la Academia, aún siendo maestro de un género menor.
    En este contexto y muy a pesar de sus enemigos, Chardin se impuso como retratista con sus pasteles. Entre 1771 y 1779 expondrá en los Salones distintos autorretratos, retratos de su esposa, distintos cuadros "de expresión" y una copia de Rembrandt.
    El 25 de agosto de 1779, Chardin expuso sus últimos pasteles. Una de las hijas de Luis XV que apreciaban sus obras compró un Jacquet (nombre genérico para el retrato de un joven lacayo). El 6 de diciembre de 1779, a las nueve de la mañana, murió Jean Simeon en su vivienda del Louvre. El conde de Angevilliers negará la concesión de una renta a su viuda. Mme de Chardin murió el 15 de mayo de 1791 en casa de un familiar.
    Difusión de sus obras [editar]

    Desde finales del siglo XIV, el grabado, aparte de técnica esencial para grandes artistas como Rembrandt, fue el método más importante para la reproducción y difusión de los cuadros. Durante el siglo XVIII los "coleccionistas" se complacían en la adquisición de estampas que reproducían sus obras con poemas relacionados. Chardin es uno de los autores más copiados en este sentido, convirtiéndose en el autor de moda gracias a sus obras de género.
    Los originales en cambio eran poseídos por unos pocos admiradores contemporáneos, entre los cuales se encuentran nombres como Catalina II de Rusia (5 obras), Federico II el Grande (3 obras), Luis XV de Francia (2 obras) o Luisa Ulrica de Prusia, reina de Suecia (al menos 10 cuadros).(...)es.wikipedia.org

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