viernes, 9 de noviembre de 2012

ALFREDO CASTAÑEDA (1938-2010)/ FUI UN EREMITA

VIVENCIAS PLÁSTICAS



Posted: 07 Nov 2012 02:29 AM PST
  •  Produce desconcierto una pintura sobre un solo personaje que se repite en distintas situaciones y espacios, con los mismos rasgos caracterizados de acuerdo a la simbología de una soledad que se trasplanta idéntica según los interiores desnudos o los exteriores que despiden el mismo efluvio de desamparo y retiro.    
  •  ¿El hombre o un hombre como un eremita contemporáneo? ¿Es la ficción plástica de raigambre clásica con un acento alegórico? Desde luego, en este caso el mito se desvanece, la apertura de enfoques, tan depurados, tan equilibrados, tan místicos, nos somete como espectadores a un ejercicio de introspección basado en esa figura ermitaña que en sí misma, a pesar de su hermetismo, es todo un nudo de significaciones.   
  •  Para el mexicano CASTAÑEDA el ascestismo es la fórmula creativa que ha desentrañado estilo y forma, pero adquiriendo y enfatizando en su representación el cenit de un imaginario visual que se transmite con una fisonomía inconfundible y nunca vencida.   
  • La universalidad del roce,
  • del frotamiento, del coito de la lluvia
  • y sus menudas preguntas sobre la tierra.
  • ¡Qué engendros para una nueva raza!
  • ¡Qué nueva descendencia del hombre y de la piedra!
(José Lezama Lima). www.goyo-vigil.blogspot.com

1 comentario:

  1. Hombres, con el mismo rostro retirados de la realidad, se sustrae del marco de la realidad, como un trozo sustraído, dejando un agujero. Como ser se constituyó en trozo por ser extraído.
    Quedando así con-una falta en ser-
    El abismo de la de falta en el Otro. Su mundo simbólico se ha derrumbado en pedazos. Figuras post tsunami, post Chernobil, post huracan Sandy, o a diversos cataclismos.
    Este fragmento de real que amenaza nuestra existencia cotidiana, con una segunda muerte como la llama Lacan
    "Una herida abierta en el mnndo", la constituye, el hombre mismo, dominado por la pulsión de muerte, en cuanto a su fijación al espacio vacío de la Cosa, lo extravía. El hecho de que el hombre es un ser (´Zizek,) marcado por una fisura irreductible que el edificio simbólico intenta reparar en vano.
    Este real posee un saber, con el que se enfrenta la ciencia contemporánea, con las partículas subatómicas que actúan como si supieran lo que ocurre en otro lugar o una partícula que "no existe" y sin embargo "tiene efectos".
    Ni siquiera la física subatómica puede sustraerse a este atolladero fundamental de la simbolización. Lo real es una falta, un agujero en medio del registro simbólico, cómo pueden serlo las manchas negras central en las pinturas de Rothko.
    La naturaleza ya es en sí misma turbulenta, desequilibrada, la teoría del caos la denomina "atractor extraño", hay una regularidad que dirige el caos.
    Los que realmente se equivocan son los que no se dejan engañar.

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