miércoles, 18 de abril de 2012

REPORTAJE A ASDRÚBAL COLMENÁREZ:EL ARTISTA ES MOVIDO POR EL EGO


ARTE

Asdrúbal Colmenárez: "El artista es movido por el ego"

"Diría que soy un tipo provocador; que provoca situaciones. Esto es vital, sino no vale la pena".

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Mañana se inaugura la exposición "Psicomecánicos y otras proposiciones" en Periférico Caracas/Arte Contemporáneo OSWER DÍAZ
DUBRASKA FALCÓN , ASDRÚBAL COLMENÁREZ , ARTISTA PLÁSTICO |  EL UNIVERSAL
sábado 14 de abril de 2012  12:00 AM
¿Los cánones de la belleza en el arte? A Asdrúbal Colmenárez (Trujillo, 1936) no le importan. Él es disléxico, daltónico y no controla sus movimientos: "Son muy rápidos y torpes", dice. Para cualquier creador estas características serían un caos. Para Colmenárez ha significado una reinvención. "En un escrito que hicieron sobre el arte cinético nacional afirmaban que yo era el único de la época que no me había convertido en un periquito. No tuve esa capacidad (...) Por eso descubrí que no me importa que la obra de arte sea fea o bonita. Me importa es que la gente pueda reflexionar sobre su vida, sobre el espacio y sobre la sociedad". 

Ese interés ha permitido que Asdrúbal Colmenárez sorprenda cada vez que pisa una sala de exposiciones. Y lo que sucederá, desde mañana, en Periférico Caracas/Arte Contemporáneo no será la excepción. Él asombrará con la muestraPsicomecánicos y otras proposiciones, que cuenta con el apoyo de la Fundación Telefónica. 

La impresión arranca apenas se entra a la sala, ubicada en el Centro de Arte Los Galpones, de Los Chorros. Las nuevas obras del maestro son robots que dibujan. Se trata de siete aparatos mecánicos que al moverse generan, sobre papel o talco, formas abstractas. 

La primera versión de estas máquinas la presentó en 2010 en París en el evento la Nuit blanche (Noche Blanca). "El robot medía tres metros con cincuenta centímetros. Se llamaba Scrutor. En 1921 el ruso Yevgeni Zamiatin escribió la novela Nosotros, de la que se inspira George Orwell para crear 1984. Desde entonces nace la figura del Gran Hermano que te vigila. En eso me inspiré para crear un robot que observa al público. Han creado programas como Súper Mario o el aparato Wii. En ambos tú obedeces al programa. En la exposición no. Aquí estará la máquina y tú. Puedes hacer con ella lo que quieras. ¡Eres libre!", asegura el artista que bebe de elementos del cine, la literatura y la filosofía. En este trabajo hace referencia a la película La quimera del oro (1925) de Charles Chaplin, y al documental que realizó François Truffaut acerca de Pablo Picasso. 

-Además de los robots, muestra unas cajas de luz... 

-Estas cajas son bobas. Comenzaron con unos dibujos que se llamanPsicorelativo. Son muy simples. Lo único que importa es lo de adentro: la luz negra. Eso permite que los colores fluorescentes sean más fuertes y evidentes. Entonces con unas paletas de color que salen de las cajas puedes transformar la obra. Una vez más lo que me interesa es dar la impresión al espectador de que él puede cambiar cosas; como también lo puede hacer dentro de la sociedad y para sí mismo. 

-¿Aún mantiene la premisa de no repetirse? 

-Para mí no es tan importante la realización. Para mí es importante la idea. No creo un estilo realmente. Lo que más me interesa es el hecho de poder seguir creando cosas nuevas, porque sino me aburriría. ¿Por qué a mi edad me interesaba en máquinas? Porque es una manera de ir contra el tiempo. Pero no solamente yo. El hombre siempre quiso ir contra el tiempo. Los artistas tienen el sueño de que no van a morir nunca, pero uno va a morir igual. El artista es movido por el ego, chica. Por pasar a otro plano. 

-¿Es posmoderno? 

-Sí. Pero el hecho es que yo no tengo un estilo. Si tuviese un estilo repetiría la misma obra, y realmente me fastidia. Picasso decía: 'Yo no busco, yo encuentro'. No vamos a decir que yo busco, he tenido suerte de encontrar cosas. Es verdad, soy posmoderno. Pero también lo es Damien Hirst. 

-Y como él, su obra transgrede lo convencional... 

-Sí, en la medida de lo posible. La situación no viene de mí. Viene de un tipo importante que se llamó Marcel Duchamp. Él hizo que la obra fuera obra. Por eso el arte contemporáneo le es distante al espectador. A veces hay exposiciones en donde no entiendes nada. Entonces no vuelves más. Duchamp hizo todo. Hay muchos que hacen todo, y delante de esta gente uno se siente como chiquitico. 

-Pero su obra sorprende... 

-Me interesa es cuando a mí me sorprende. No que la gente se sorprenda. Una vez un señor me compró una obra y me dijo: 'Lo que me gusta de usted es que cada día hace cosas nuevas'. Debe ser también que me interesan muchas cosas. No se concibe tampoco que un artista se encierre en una torre de marfil. 

-O que el artista se encierre en una misma técnica... 

-Para mí eso estaría prohibido (risas). Después que descubres que necesitas algo más, todo cambia. 

-¿Por eso crea con elementos disímiles? 

-Claro. Creo con materiales que no son de las artes. En mi escultura, por ejemplo, mezclo hierro con caucho. Eso viene del arte povera y de Mario Merz. Mezclaron cosas de fácil obtención. Ahí descubrí que la armonía en la naturaleza se da por contraste no por afinidad. 

-A usted no se le puede definir como convencional... 

-Esa palabra entierra a la gente. Yo diría que soy un tipo provocador; un tipo que provoca situaciones. Esto es vital, si no no vale la pena hacer esto. Sería algo que fuera solo para darte placer. Para darme placer me como un chicharrón (risas). 

-¿Hasta cuándo va a crear? 

-Pero si lo que tengo son 75 años, nada más
eluniversal.com en arteinformado.com

2 comentarios:

  1. ntor y artista de medios mixtos. Realiza estudios en el Taller de Artes Plásticas del Ateneo de Trujillo (1960-1963) y ejerce como profesor de la Escuela de Artes Plásticas de Valera (1964-1967). En 1968 se traslada a París, recibe una beca del gobierno francés (1970) y sigue estudios de crítica y arte con Frank Popper, de quien fue asistente en el taller de creatividad (1971) en la Universidad Experimental de Vincennes (Francia), donde fue nombrado asistente asociado (1974) para dictar cursos de arte contemporáneo, función que ejerce actualmente. Desde sus inicios, su obra se inscribe dentro del cinetismo, al que incorpora otros elementos como el recurso lúdico y la participación del público en la obra, de forma tal que éste se convierte no sólo en un elemento transformador de la obra sino en un componente esencial en ellas —proceso que el artista llama perceptivismo—, como en los táctiles Psychomagnetiques, que presenta en su primera individual (MBA, 1976). En 1978 obtiene una beca de investigación de la Fundación John Simon Guggenheim, que mantiene sólo tres meses para no interrumpir su cátedra parisina. De esa investigación surge el Alfabeto polisensorial, cuyo principio, según lo expresa el propio artista es "la no inhibición de las capacidades creativas al momento del aprendizaje de la lectura (como es corriente notarlo), y de poner en un mismo pie de igualdad a los niños provenientes de medios socioculturales diferentes, y eliminar el poder omnímodo del maestro" (1979). En 1980 se expone en la GAN la muestra "Alfabeto polisensorial y otras proposiciones sobre la escritura". Entre 1978 y 1980, Colmenárez desarrolla un trabajo inspirado en los graffiti urbanos que llama Psicograffitierra, superficies de acero imantadas cubiertas de polvo metálico, de manera que el espectador podía intervenir la obra dibujando sobre su superficie y modificándola a su antojo. Desde 1981, fecha en que exhibe "Estructuras manipulables" en el Museo Reattu en Arles (Francia), transcurrirán seis años sin actividad expositiva individual, hasta 1987 cuando exhibe sus "Cartas de amor al Japón" en la Galería K de Tokio. En 1988 realiza una escultura de grandes dimensiones para los Juegos Olímpicos de Seúl (Corea del Sur).
    Durante casi una década permanece alejado de la plástica nacional, hasta que regresa a Venezuela en 1989 con la propuesta "Partituras", exhibida en la Sala RG, un conjunto de obras de gran formato e instalaciones, donde el artista muestra una nueva manera de comunicarse con el espectador a través de una variada simbología que recuerda el código Morse, así como la introducción de frases y conceptos. Como elementos novedosos aparecen el color en sus obras, y el hecho de que sus creaciones dejan de ser efímeras, para abordar la permanencia. Este mismo año, los organizadores de la II Bienal de Guayana le dedican el evento a modo de homenaje. Asimismo, realiza una escultura para los jardines de la Universidad de Antioquia (Colombia), y participa en una exposición colectiva en homenaje al bicentenario de la Revolución Francesa, que se realiza en la Capilla Saint-Louis de la Salpétrière de París. Carlos Cruz-Diez, Narciso Debourg, Víctor Lucena, Alejandro Otero, Rolando Peña y Jesús Soto lo acompañan en la muestra. En 1990 se encuentra en Caracas para impartir el taller "El vacío: un recurso pictórico que despierta la imaginación", en el Instituto Federico Brandt, y presentar la exposición "Las alas del deseo", en la Galería Uno: pinturas en técnica mixta que, según Enrique Viloria son "una propuesta que podemos caracterizar como de síntesis lúdica" (1990). Este mismo año participa en la exposición "Umbrales etnosónicos", experiencia polisensorial que cuenta con la participación del músico Ángel Rada y Víctor Lucena en la Galería Astrid Paredes de Caracas. (1993).
    . .vereda.ula.ve/wiki

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  2. Muy interesante su trabajo sobre una nueva escritura. Presentó interesantes propuestas sin descuidar los resorte pedagógicos, que sustentan cualquier labor educativa. Me remitió a Paulo Freire.
    Utiliza en forma reitera el término Posmodernidad, que remite a la literatura, el arte, el diseño, la filosofía, la arquitectura y la cultura que se centra en interpretaciones individuales. La posmodernidad surgió en la década de 1960 como reacción a la modernidad. Dos de sus características principales son la supresión de las barreras entre la cultura elevada y la cultura popular y el rechazo de cualquier estilo único o definición sobre qué es el arte.

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