martes, 24 de mayo de 2011

ARTE Y ARQUITECTURA EN RUSIA,1915-1935


Los años de la revolución soviética no solo fueron heroicos por el sacrificio humano e histórico de muchos de los que la hicieron posible, sino también por el órdago artístico contra lo establecido lanzado por toda una generación de arquitectos que buscaban un nuevo lenguaje radical para la construcción del socialismo. CaixaForum Madrid ha querido elogiar la heroicidad de ambos en la muestra «Construir la Revolución. Arte y arquitectura en Rusia, 1915-1935», que mañana abre sus puertas y que podrá verse hasta el 18 de septiembre.
La exposición, organizada por tipologías de edificios, consta de más de 230 obras entre maquetas, pinturas, dibujos y fotografías, siendo estas últimas las encargadas de vehicular el discurso entre el tiempo pasado (una vez comprobado que no necesariamente fue mejor) y el presente. Y es que en la muestra se exhiben instantáneas tomadas en los primeros años de la revolución e imágenes de los mismos edificios, pero retratados por el fotógrafo Richard Pare en los últimos 15 años. Esa comparación visual de lo que era, pretendió ser y terminó siendo permite apreciar la degradación a la que la historia ha condenado a uno de los movimientos artísticos más ideológicos del siglo pasado.
Tal y como ha destacado en su presentación MaryAnne Stevens, comisaria de la exposición y directora de Asuntos Académicos de laRoyal Academy of Arts de Londres (es la segunda colaboración entre la institución británica y CaixaFórum tras la muestra de Andrea Palladio), se trata de «un movimiento que abarca todas las artes, no solo la arquitectura, y que pretende transmitir una nueva idea para una sociedad en ciernes». Esa nueva sociedad, basada en el ideal socialista, fue testigo (y partícipe) de «una intensa actividad innovadora basada en el arte antinaturalista, en las formas geométricas puras, en un arte radical», como recuerda Stevens.

La construcción como esencia

Gracias al diálogo establecido entre artistas y arquitectos, y que en la muestra se aprecia con singular evidencia gracias a la mediación de la fotografía, surgió un nuevo estilo con nuevas formas geométricas en las que la construcción no se oculta porque es la esencia del edificio. En ese estilo destaca necesariamente el constructivismo, movimiento fundamental de la vanguardia rusa. Los obras de la Colección Kostakis de Vladimir Tatlin, Gustav Klutsis, El Lisitski o Iván Kudriashov evidencian en la exposición el deseo de artistas y arquitectos de crear un arte útil que permitiera cambiar la estética cotidiana.
Pese a que grandes y afamados arquitectos internacionales como Mendelsohn y Le Corbusier acudieron a la llamada del arte de vanguardia ruso, la llegada de Stalin al poder en 1929 truncó su propósito e hizo que la historia (al menos la rusa del pasado siglo) se construyera con otras formas y otro estilo.
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1 comentario:


  1. Los años de la revolución soviética no solo fueron heroicos por el sacrificio humano e histórico de muchos de los que la hicieron posible, sino también por el órdago artístico contra lo establecido lanzado por toda una generación de arquitectos que buscaban un nuevo lenguaje radical para la construcción del socialismo. CaixaForum Madrid ha querido elogiar la heroicidad de ambos en la muestra «Construir la Revolución. Arte y arquitectura en Rusia, 1915-1935», que mañana abre sus puertas y que podrá verse hasta el 18 de septiembre.
    La exposición, organizada por tipologías de edificios, consta de más de 230 obras entre maquetas, pinturas, dibujos y fotografías, siendo estas últimas las encargadas de vehicular el discurso entre el tiempo pasado (una vez comprobado que no necesariamente fue mejor) y el presente. Y es que en la muestra se exhiben instantáneas tomadas en los primeros años de la revolución e imágenes de los mismos edificios, pero retratados por el fotógrafo Richard Pare en los últimos 15 años. Esa comparación visual de lo que era, pretendió ser y terminó siendo permite apreciar la degradación a la que la historia ha condenado a uno de los movimientos artísticos más ideológicos del siglo pasado.
    Perseguían un arte útil que permitiera cambiar la estética cotidiana
    Tal y como ha destacado en su presentación MaryAnne Stevens, comisaria de la exposición y directora de Asuntos Académicos de laRoyal Academy of Arts de Londres (es la segunda colaboración entre la institución británica y CaixaFórum tras la muestra de Andrea Palladio), se trata de «un movimiento que abarca todas las artes, no solo la arquitectura, y que pretende transmitir una nueva idea para una sociedad en ciernes». Esa nueva sociedad, basada en el ideal socialista, fue testigo (y partícipe) de «una intensa actividad innovadora basada en el arte antinaturalista, en las formas geométricas puras, en un arte radical», como recuerda Stevens.
    La construcción como esencia
    Gracias al diálogo establecido entre artistas y arquitectos, y que en la muestra se aprecia con singular evidencia gracias a la mediación de la fotografía, surgió un nuevo estilo con nuevas formas geométricas en las que la construcción no se oculta porque es la esencia del edificio. En ese estilo destaca necesariamente el constructivismo, movimiento fundamental de la vanguardia rusa. Los obras de la Colección Kostakis de Vladimir Tatlin, Gustav Klutsis, El Lisitski o Iván Kudriashov evidencian en la exposición el deseo de artistas y arquitectos de crear un arte útil que permitiera cambiar la estética cotidiana

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