martes, 12 de abril de 2011

GREY MOON-1985-TONY CRAGG-JORGE LUIS BORGES

1964
Por Jorge Luis Borges 
El otro, el mismo (1964)
I

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente

para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta

y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna

y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.                 

www.lamaquinadeltiempo.com      Gris luna de Tony Cragg www.tonycragg.com
 

1 comentario:

  1. Tony Cragg (Liverpool, 1939) encabeza el gran resurgir de la escultura británica en los ochenta. Un temprano interés por las ciencias le llevó a trabajar, entre 1966 y 1968, como técnico en un laboratorio de bioquímica, antes de asistir al Gloucester College of Art and Design de Cheltenham y al Royal College of Art de Londres. En ese período trabajó en una fundición y comenzó a interesarse por la escultura, en un momento de predominancia del minimal, el conceptual y el arte povera, con el que coincidía en su interés por los materiales “pobres” hallados en la naturaleza primero y en las calles después. En 1977 se trasladó a Wuppertal, Alemania. En la primera mitad de los ochenta desarrolla este interés por los objetos encontrados y, a mediados de la década, utiliza materiales más tradicionales, como el bronce, el hierro, la escayola, la piedra o el cristal, a menudo interesado por los contornos biomorfos y por las superficies, y siempre con una creatividad formal sorprendente y un gran sentido del humor.

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